Cómo reclamar los daños ocasionados por un siniestro de circulación causado por el atropello de un animal en una autopista

En los últimos años, se ha convertido en algo muy habitual encontrar noticias en los diferentes medios de comunicación sobre siniestros de circulación ocasionados como consecuencia de la presencia de animales en la carretera. Con independencia de la carretera por la que se circule, existe la posibilidad de que cualquier animal cruce, ocasionando un riesgo para los usuarios y posibles siniestros que pueden resultar en daños personales y materiales. Dependiendo del tipo de vía por el que se circule, el procedimiento para reclamar será distinto. En este artículo, explicaremos cómo reclamar los daños ocasionados por el atropello de un animal en una autopista.

¿En estos casos, mi seguro se hace cargo de los daños materiales y personales producidos como consecuencia del siniestro?

La respuesta a esta cuestión dependerá de la póliza de seguro que se tenga contratada en el momento del siniestro. Si la póliza contratada cubre daños propios (a todo riesgo), la compañía aseguradora se hará cargo de los daños ocasionados, en general, sin mayores preocupaciones para el perjudicado. Por el contrario, si la póliza no tiene cobertura de daños propios (seguros a terceros), el propietario del vehículo no será indemnizado por los daños ocasionados al vehículo.

Si tengo un seguro a terceros y colisiono contra un animal, ¿contra quién puedo reclamar?

Generalmente, tras un accidente de circulación, es necesario reclamar los daños al causante y/o a su compañía seguradora. Sin embargo, las autopistas son vías donde el acceso de peatones y animales está prohibido. Así que, si el animal causante del siniestro es salvaje, no se podrá dirigir la acción contra el dueño del animal. En estos casos, la reclamación debe dirigirse contra la empresa concesionaria de la autopista.

Fundamento de la responsabilidad de las empresas concesionarias

Las autopistas son carreteras diseñadas específicamente, y sus características se rigen por la Ley de construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión. Esta misma disposición regula los derechos y obligaciones de las empresas concesionarias. Entre las responsabilidades más destacadas de estas empresas están:

• La conservación de la vía.
• La prestación del servicio en condiciones óptimas, ininterrumpidamente y eliminando cualquier factor o circunstancia que pueda causar molestias, incomodidades o peligros a sus usuarios.

Esta normativa ha sido interpretada por la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que sostiene que las características especiales de las autopistas brindan al usuario una mayor seguridad y confianza, lo que permite una circulación a mayores velocidades; todo ello a cambio del pago de un peaje.

¿Las empresas concesionarias siempre son responsables de los daños derivados de siniestros por atropello de un animal en una autopista?

Como señalábamos anteriormente, las empresas encargadas de la concesión de la autopista tienen la obligación de mantener la vía. Una de las características de estas carreteras es que están valladas en sus laterales, evitando el acceso de peatones o animales. Por lo tanto, deben asegurarse de mantener el vallado de la autopista para evitar el acceso de animales a través de posibles roturas. Si se produce un accidente debido a daños en el vallado, y por ende, un incumplimiento del deber de conservación, la empresa concesionaria será responsable de los daños resultantes.

Existen ciertas áreas donde no hay vallas, como las entradas y salidas de la autopista (intersecciones). En estos puntos, no es posible controlar completamente el acceso de animales. Por lo tanto, si un accidente ocurre cerca de una intersección, en general, la empresa concesionaria no será responsable, ya que el incidente estaría fuera de su ámbito de responsabilidad.

También es posible que la empresa concesionaria no asuma responsabilidad si el accidente ocurrió debido a la culpa exclusiva de la víctima. Un ejemplo sería un conductor que, para evitar atropellar a un pequeño gato, realiza una maniobra abrupta, pierde el control del vehículo y causa un accidente grave, en lugar de asumir el riesgo menor de atropellar al animal.

En general, y con ciertas excepciones, las empresas concesionarias de autopistas son responsables de los daños derivados de accidentes causados por el atropello de animales.